Es el término con el que se designa a una corriente de renovación artística y literaria desarrollada a finales del siglo XIX y principios del XX. Según los distintos países, recibió diversas denominaciones: Art Nouveau (en Bélgica y Francia), Modern Style en Inglaterra, Sezession (en Austria), Jugendstil (Alemania), Liberty o Floreale (en Italia), y Modernisme o Estil modernista (en Cataluña). Si bien existe cierta relación que los hace reconocibles como parte de la misma corriente, en cada país su desarrollo se expresó con características distintivas.
Es un movimiento de origen europeo, pero de consagración latinoamericana. Su característica primordial es la búsqueda de la perfeccion en cuando a la expresión, además, se interesa por lo clásico, respeta la simetría, desampara lo religioso y lo nacionalista para trabajar con el exotismo puro. El modernismo abarca todas las artes, pero, en la literatura alcanza sus mejores progresos. Sin embargo es considerado el movimiento artístico mas corto de la historia del hombre y muchos se atreven a decir que el modernismo nacio y murio con Rubén Dario.
Las características que —en general— permiten reconocer al «Art Nouveau» decorativo propiamente dicho son:
• La inspiración en la naturaleza y el uso profuso de elementos de origen natural pero con preferencia en los vegetales y las formas redondeadas de tipo orgánico entrelazándose con el motivo central.

• El uso de la línea curva y la asimetría, tanto en las plantas y alzados de los edificios como en la decoración. En esta última es muy frecuente el uso de la llamada «línea látigo». Una derivación de este estilo en la década de 1920 es el denominado Art decó por lo que a veces se le suele confundir con el Art Nouveau.

• Hay también una tendencia a la estilización de los motivos, siendo menos frecuente la representación estrictamente realista de éstos.

• Una fuerte tendencia al uso de imágenes femeninas, las cuales se muestran en actitudes delicadas y gráciles, con un aprovechamiento generoso de las ondas en los cabellos y los pliegues de las vestimentas.

• Una actitud tendente a la sensualidad y a la complacencia de los sentidos, con un guiño hacia lo erótico en algunos casos.

• La libertad en el uso de motivos de tipo exótico, sean éstos de pura fantasía o con inspiración en distintas culturas lejanas o antiguas (Japón, Egipto antiguo, la cultura clásica grecorromana).

• La aplicación envolvente del motivo tomando alguna de las características anteriormente mencionadas en contraposición con las características habituales del objeto a decorar. Esto se puede observar en la aplicación en el mobiliario, en arquitectura, en los afiches o posters promocionales o en objetos de uso cotidiano donde el elemento destacado de tipo orgánico envuelve o se une con el objeto que decora.



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